Mi Refugio
Han sido tres meses largos pero a la vez unos de los más significativos. Me encontre en las cuatro paredes de mi casa en un pueblo rural de Massachusetts, donde de por si ya es solitario. Decidà refugiarme en mi fe, en lo que Dios querÃa enseñarme a través de todo lo que estaba pasando. Amenazada por el temor que invadÃa a las masas decidà volcar mi esperanza en "Dios que tiene todo bajo control" si, suena cliché pero realmente es asÃ... Mis dÃas comenzaban con un encuentro con mi Creador. Haciendo silencio y en quietud, si en más silencio y quietud. En oracion y lectura de su palabra era lo que me decia, "Todo va a estar bien."
Me vi como una guerrera que ante el Padre pedÃa favor y misericordia para mi familia y amigos. Me identifique con la reina Esther, a quien Dios levanto durante un tiempo difÃcil para su pueblo Israel.
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"¿Y quién sabe si para esta hora te han hecho llegar al reino?"
Ester 4:14
Cuando su tÃo Mardoqueo le hizo ver a Ester que ella no estaba en el trono por casualidad sino por un propósito. Ella entonces fue ante el rey, intercedió por su pueblo y encontró el perdón que buscaba.
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Durante este tiempo entendÃ, que mi familia dependÃa de mi clamor, mis padres, mi grupo de amigas homeschoolers, el grupo familiar, mi iglesia etc.
Definitivamente estoy convencida de que Dios me llamo para un tiempo de Coronavirus, en el cual muchos perdÃan la fe, a un ser querido, un trabajo, su identidad... Para levantar un estandarte de oración que fue indispensable para mantener la fe.
¡Aprendà que aunque estemos aislados, No estamos solos! Dios estará siempre a nuestro lado, supliendo cada necesidad. Mi familia también fue afectada por la perdida de uno de los trabajos de mi esposo. Pero Dios supo suplir, sigue y lo seguirá haciendo.
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"Todas las cosas ayudan para bien a los que aman a Dios"
Romanos 8:28
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Hoy, mientras nos dicen que ya paso la cuarentena y poco a poco los lugares comienzan a reabrir, Agradezco la misericordia de Dios sobre mi casa y familia. Agradezco que no soy la misma de hace 3 meses. Agradezco que Dios puso un paro a nuestra vida agitada para que volviéramos nuestros rostros hacia él. Agradezco que hoy más que nunca Dios es mi refugio y ni por un solo segundo nos abandonó.